Redacción
Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba es más que una simple película; es un evento. Desde el anuncio de su «World Tour», que ha llevado a los seiyuus y productores por todo el mundo, la anticipación entre los fans ha estado por los cielos. A pocos días de su estreno en en México, donde el fandom de Demon Slayer es masivo, el estreno ha generado gran expectativa, con los fans listos para agotar boletos en la primera función. La promesa de ver la animación de Ufotable en la pantalla grande, con la calidad de sonido y la experiencia comunitaria del cine, es el principal motor de esta emoción.
La serie ha construido su reputación no solo por su historia, sino por su animación impecable. Cada episodio parece una obra de arte, y las peleas son coreografías visuales que quitan el aliento. Ver esto en una pantalla IMAX o Dolby, con un sistema de sonido envolvente, es una gran experiencia.
La gran disyuntiva
Aquí viene la parte complicada. Muchas de las críticas, tanto de la prensa especializada como de los propios fans que ya la vieron, coinciden en un punto crucial: Demon Slayer: To the Hashira Training no es una película en el sentido tradicional. A diferencia de «Mugen Train», que era una historia autocontenida y muy bien estructurada para el cine, esta nueva entrega es más bien un episodio extendido o un «súperestreno» de la nueva temporada.
En esencia, la cinta se compone de dos partes: el último episodio del arco de la Villa del Herrero, que cierra la temporada anterior, y el primer episodio, también de una hora, del nuevo arco del Entrenamiento Hashira. Esto ha generado una división de opiniones. Por un lado, los fans más acérrimos la ven como una oportunidad de oro para revivir momentos épicos y, al mismo tiempo, ser los primeros en ver el inicio de la nueva saga. Por otro, críticos y público menos familiarizado con el formato han señalado que la estructura narrativa es incompleta y desarticulada.
La principal crítica es que el final del primer «acto» (el de la temporada 3) es un clímax que no tiene seguimiento inmediato, y el inicio del segundo (la temporada 4) es un montaje de preparativos, un preámbulo que deja al público con más preguntas que respuestas. No hay un arco narrativo completo, un inicio y un final propios de una película. Esto puede ser frustrante para quienes esperaban una experiencia cinematográfica redonda. Algunos aspectos a destacar:
- La animación: Ufotable lo vuelve a hacer. Los detalles, la fluidez de los movimientos, los efectos visuales de los estilos de respiración y el diseño de escenarios están en su máximo esplendor. La película se percibe como un banquete visual. Ver a los Hashiras en acción, especialmente a los que aún no hemos visto en peleas serias como Sanemi Shinazugawa y Obanai Iguro, es un deleite para los ojos.
- Contenido exclusivo: para los fans del manga, el filme incluye una escena original que no está en las viñetas. Esto, junto con la oportunidad de ver a los Pilares interactuar de una manera más relajada y personal durante su entrenamiento, añade un valor especial a la experiencia cinematográfica. Se siente como un «bonus» de alta calidad para los que siguen la serie.
- Conexión emocional: la historia sigue profundizando en la relación entre Tanjiro y Nezuko, el corazón de la serie. Momentos emotivos y de gran peso dramático resuenan con fuerza, y el contexto de la próxima gran batalla contra Muzan Kibutsuji se siente más palpable que nunca.
La pregunta clave es si cumple con las expectativas. La respuesta es un rotundo «sí».
Cumple para los fans que quieren una experiencia inmersiva y comunitaria. Es una celebración de la serie, una forma de ver la animación de élite en el mejor formato posible y de conectarse con otros seguidores. Para ellos, es una cita obligada en el cine, una oportunidad de ser los primeros en presenciar el inicio de una nueva y emocionante etapa.
Sin embargo, para el público general o para aquellos que buscan una película con una narrativa redonda, puede ser una experiencia incompleta. El filme es un trailer de lujo para la próxima temporada, y su valor radica más en la experiencia de ir al cine que en la solidez de su guion.
Hasta ahora, las expectativas se han dividido. Por un lado, está la emoción del espectáculo visual y la conexión con la comunidad. Por otro, la realidad de que el filme es un compilado de episodios. La llegada a los cines de México será el veredicto final de los fans, quienes, al parecer, están más que listos para disfrutar de esta obra en la pantalla grande, sin importar los detalles técnicos del formato. Porque al final, lo importante es el viaje y la oportunidad de ver a Tanjiro y sus amigos brillar como nunca antes.
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